DELMAS, Alain

El processo de reforma del Estado en Francia : algunos elementos para contribuir a la reflexión sobre las incidencias de la globalización - Caracas : CLAD, Octubre 2008

Al ver la ausencia de toda referencia en la literatura mundial, uno se pregunta si la reforma del Estado realmente existe en Francia. Además, cabe añadir que, a nivel interno, la percepción de los comentaristas es muy crítica: enfatizan todos en la lentitud y la poca pertinencia del proceso que se lleva a cabo y lamentan los atrasos que Francia tiene al respecto, en comparación con los demás países miembros de la OCDE. Ahora bien, como lo evidencia el análisis histórico, la reforma del Estado es uno de los temas más viejos del debate público francés, cuyos orígenes se encuentran en la Revolución de 1789. Así, los primeros debates sobre la racionalización política son de los inicios del siglo XIX, aunque encontrarán su verdadera concreción con la aprobación de la Quinta República, en 1958; igualmente, las ideas descentralizadoras solamente lograrán imponerse en los años 1980 y 1990, tanto como la desconcentración administrativa; los principios revolucionarios relativos a la función pública tardaron siglo y medio en traducirse en los hechos, luego de la Segunda Guerra Mundial; por fin, el Derecho Administrativo, directamente nacido de la Revolución, no ha dejado de vivir una larga y profunda evolución, y de evidenciar hasta el período actual, una gran capacidad innovadora. En otros términos, el Estado en Francia, contrario a lo que uno lee, se mueve, y siempre ha sabido adaptarse y reformarse, aunque por cierto, de manera lenta y algo caótica en numerosos ámbitos. Probablemente, la poca visibilidad del proceso vendrá de la dominación de los paradigmas actuales ligados a la Nueva Gestión Pública, en torno a los cuales, hoy día, se miden la realidad y validez de las reformas. Los ejes fuertes elegidos por Francia, al diferir de la corriente dominante, no se corresponden con los intereses más compartidos y han perdido relevancia por esto. Ahora bien, también llama la atención el hecho de que, en paralelo a sus orientaciones, el proceso francés ha estado marcado por preocupaciones muy próximas a las que han defendido los promotores de la Nueva Gestión Pública, y ello mucho antes de los años 90. En efecto, son consideraciones y criterios idénticos que, a partir de la primera mitad del siglo XX, constituyeron la trama de la reflexión de numerosos grupos de reformadores internos a la administración pública, cuya modernidad conceptual merece ser subrayada. Lamentablemente, no tuvieron el éxito merecido. Por ello, el proceso sufrió una gran incertidumbre e inestabilidad en su gestión. De manera que la reflexión tan prometedora iniciada en los años 1930, no logró traducirse en realidades exitosas, a pesar de varios intentos realizados a lo largo del siglo pasado. Es solamente en años más recientes que fueron introducidas las herramientas normativas necesarias, los debidos cambios estructurales y algunas prácticas nuevas. Posiblemente permitirán sacar el proceso de la nada y acercar a Francia a sus socios, al apropiarse de sus prioridades y métodos más compartidos. En cierto modo, el nuevo rumbo tendería a confirmar que una de las consecuencias de la globalización es restar originalidad a todo proceso que esté fuera del enfoque dominante