El sentido del desarrollo y la economía social
By: ELGUE, Mario César.
Material type: ArticlePublisher: Caracas : CLAD, Febrero 2004Online resources: Acesso Revista del CLAD Reforma y Democracia 28, p. 183-206Abstract: El presente escrito plantea una crítica de la racionalidad estratégica. Dicha concepción identifica las conductas racionales con aquellas que persiguen la máxima rentabilidad económica, a partir de actores aislados que sólo atienden intereses personales. Se opone a esta visión el paradigma de la acción comunicativa, más identificado con el modus operandi del emprendedorismo de la economía social, en la cual se define a dichos actores desde una perspectiva holística y no meramente economicista. Se entiende que la sociedad es un espacio de cooperación que se construye sobre sentidos compartidos. La educación explícita y la implícita (que emerge de las especificidades de la actividad económica) son insumos indispensables en este proceso, aportes imprescindibles para la estabilidad social con equidad en la distribución de la riqueza y del poder. Se destaca el rearme de la cultura como un requisito sustancial para la recuperación del sentido del desarrollo. Se aborda la crisis del "modelo" neoliberal que hegemonizó los 90, cuya propuesta política postulaba un esquema de crecimiento despojado de instancias de inclusión y de justicia social.Abstract: Esta taxonomía esboza una óptica abarcadora de la economía social, distante de las visiones anglosajonas que acotan el Tercer Sector al ámbito de las asociaciones sin fines de lucro, que no distribuyen excedentes. En esta nueva visión, concebimos a la economía social como un sub-sistema integrado por dos sub-sectores: el de las ONGs no empresariales y de los nuevos emprendedores solidarios y el sector de las empresas de la economía social. Abstract: Se postula un Estado presente y activo en la construcción de una sociedad del equilibrio, en la que coexistan el sector público, el sector privado capitalista y los dos sub-sectores de la economía social. Se reivindica la planificación estratégica situacional y una nueva generación de políticas públicas activas que propongan un modelo nacional, integrado, a su vez, en una asociación regional como el MERCOSUR, acorde a los desafíos que demanda el mundo globalizado.Abstract: Por último, se desarrollan las divergencias y consensos semánticos en torno al concepto de la economía social, finalizando con la propuesta de ligar la temática a los nuevos movimientos sociales y a un proyecto nacional con sujetos conscientes y actores involucrados. En él, la economía social se revaloriza como herramienta estratégica para la interacción entre lo económico, lo social y la democracia participativa.El presente escrito plantea una crítica de la racionalidad estratégica. Dicha concepción identifica las conductas racionales con aquellas que persiguen la máxima rentabilidad económica, a partir de actores aislados que sólo atienden intereses personales. Se opone a esta visión el paradigma de la acción comunicativa, más identificado con el modus operandi del emprendedorismo de la economía social, en la cual se define a dichos actores desde una perspectiva holística y no meramente economicista. Se entiende que la sociedad es un espacio de cooperación que se construye sobre sentidos compartidos. La educación explícita y la implícita (que emerge de las especificidades de la actividad económica) son insumos indispensables en este proceso, aportes imprescindibles para la estabilidad social con equidad en la distribución de la riqueza y del poder. Se destaca el rearme de la cultura como un requisito sustancial para la recuperación del sentido del desarrollo. Se aborda la crisis del "modelo" neoliberal que hegemonizó los 90, cuya propuesta política postulaba un esquema de crecimiento despojado de instancias de inclusión y de justicia social.
Esta taxonomía esboza una óptica abarcadora de la economía social, distante de las visiones anglosajonas que acotan el Tercer Sector al ámbito de las asociaciones sin fines de lucro, que no distribuyen excedentes. En esta nueva visión, concebimos a la economía social como un sub-sistema integrado por dos sub-sectores: el de las ONGs no empresariales y de los nuevos emprendedores solidarios y el sector de las empresas de la economía social.
Se postula un Estado presente y activo en la construcción de una sociedad del equilibrio, en la que coexistan el sector público, el sector privado capitalista y los dos sub-sectores de la economía social. Se reivindica la planificación estratégica situacional y una nueva generación de políticas públicas activas que propongan un modelo nacional, integrado, a su vez, en una asociación regional como el MERCOSUR, acorde a los desafíos que demanda el mundo globalizado.
Por último, se desarrollan las divergencias y consensos semánticos en torno al concepto de la economía social, finalizando con la propuesta de ligar la temática a los nuevos movimientos sociales y a un proyecto nacional con sujetos conscientes y actores involucrados. En él, la economía social se revaloriza como herramienta estratégica para la interacción entre lo económico, lo social y la democracia participativa.
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