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100 | 1 |
_91676 _aCaiden, Gerald E. |
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245 | 1 | 0 | _aLa democracia y la corrupción |
260 |
_aCaracas : _bCLAD, _cMayo 1997 |
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520 | 3 | _aSe define en términos generales el fenómeno de la corrupción en los sistemas democráticos, y se comentan las distintas formas de corrupción que afligen a las democracias. Se destaca la internacionalización de la corrupción, se señala la incapacidad de las democracias para protegerse de algunos de sus efectos más graves, y se discuten las perspectivas para el futuro. | |
520 | 3 | _aLa corrupción, en todas sus formas, se opone a los mecanismos que ofrece la democracia para superar las secuelas indeseables del pasado, corroe, socava y contradice todos los elementos democráticos. | |
520 | 3 | _aLa corrupción es la manifestación del particularismo, de los privilegios, de la explotación de los débiles y de los indefensos. Los beneficios que reporta la corrupción son inmerecidos, injustos e inmorales, derivados del abuso de confianza y de faltas a la responsabilidad pública. | |
520 | 3 | _aLas fuerzas democráticas y las fuerzas de la corrupción se enfrentan en toda sociedad. Cuando domina la corrupción, ella se transforma en una forma de vida, quedando los instrumentos democráticos como meras fachadas. Por el contrario, cuando reina la disposición democrática, la corrupción es severamente castigada. En un extremo se encuentran las narcodemocracias y en el otro se ubican las pequeñas democracias de Islandia, Escandinavia y Nueva Zelanda. Entre ambos extremos se aprecian todas las combinaciones, y el límite entre democracia y corrupción se desplaza sin cesar en uno u otro sentido. | |
520 | 3 | _aEn una primera parte del documento se definen los rasgos de lo que universalmente podría convenirse en designar como corrupción en los sistemas democráticos. Se descartan así la mayoría de las abominaciones de las autocracias, aun cuando también las democracias las cometen, en particular contra otros. Por su parte, los regímenes autoritarios pueden estar exentos de corrupción, aunque esta situación es bastante improbable. | |
520 | 3 | _aEn una segunda parte se ilustran las distintas formas de corrupción que afligen a las democracias. A los países más conocidos como dominados por la corrupción, se agregan en la actualidad otros en los cuales se han descubierto hechos que ponen en tela de juicio la probidad de sus gobernantes y obligan a reflexionar en profundidad sobre los mecanismos de este flagelo y sobre la gravedad de sus implicaciones. | |
520 | 3 | _aEn una tercera parte se destaca la internacionalización de la corrupción, y la incapacidad de las democracias para protegerse de influencias tales como la erosión de la función pública, la subordinación del interés público a los intereses privados, la infiltración del delito organizado en prácticamente todos los aspectos de la vida pública. Al igual que los países corruptos del Tercer Mundo compiten para recibir asistencia e inversiones, también existen organismos internacionales y nacionales corruptos que buscan nuevos mercados, recursos y canales de influencia. | |
520 | 3 | _aSe concluye que a menos que los países democráticos logren liberarse de este flagelo, se encontrarán dificultades innecesarias para la superación de numerosos desafíos que se tienen planteados en las actuales circunstancias. De mantenerse el predominio de la corrupción, se pone en peligro la convivencia social y la vigencia de la democracia. | |
773 | 0 | 8 |
_tRevista del CLAD Reforma y Democracia _g8, p. 7-36 _dCaracas : CLAD, Mayo 1997 _xISSN 13152378 _w |
856 | 4 | 2 |
_uhttp://old.clad.org/portal/publicaciones-del-clad/revista-clad-reforma-democracia/articulos/008-mayo-1997/0029000.pdf _yAcesso |
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_a20061130 _b1639^b _cNatália |
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_aConvertido do Formato PHL _bPHL2MARC21 1.1 _c20124 _d20124 |
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